Los programas actuales de au pair intentan no resultar siendo una sorpresa tras otra para los jóvenes que los contratan.
La idea principal y la que debe ser entendida por jóvenes y familias que se acogen a esta fórmula tan legendaria como actual, es la de ofrecer alojamiento y manutención a un joven de otro país, generalmente estudiante, a cambio de la realización de alguna tarea denominada auxiliar. Esta tarea suele ser siempre relacionada con el cuidado o atención a los niños de la casa, tales como recogerles del colegio, ayudarles en las tareas o simplemente acompañarles mientras los padres regresan del trabajo.
El objetivo radica en que el joven que viaja a un país extranjero, obtenga una serie de experiencias relacionadas en primer lugar con la nueva lengua que debe conocer o mejorar su aprendizaje, adquirir soltura e independencia bajo un soporte familiar de acogida, conocer una nueva cultura y todo ello sin que suponga un gasto elevado para el que viaja. Ya que la familia aporta al joven una pequeña cantidad para sus gastos, lo que viene siendo un sueldo.
Y por parte de la familia de acogida, deben saber que la persona a quien acogen no es precisamente el servicio doméstico a quien exigirle más tareas que las que en un principio han comunicado al propio estudiante o a la agencia que gestiona los servicios como estos.
El servicio au pair está regulado por el Consejo de Europa y las agencias que gestionan los acuerdos entre las partes conocen los requerimientos de cada país. Cada país estipula unos límites de edad para el estudiante, que va según los casos entre los 17 y los 30 años pero cada país determina también los requisitos exactos en cuanto a edad y estancia mínima, que está entre uno y dos años de estancia con las condiciones pactadas.
En los acuerdos también se refleja la cantidad económica, que varía entre los 200 y los 400 euros por lo general, así como las tareas específicas a realizar con los niños y del hogar. En el caso de Suiza, país que originariamente se conoce como pionero en esta fórmula semi-educativa, ofrece salarios superiores y pueden llegar hasta los 1000 euros, los cuales llevan incluidos los gastos del seguro médico obligatorio y que pagan las familias.
Las personas que viajan a través de estos programas y agencias especializadas, tienen derecho a una habitación individual y en ocasiones se les paga el transporte, teniendo como requerimiento casi unánime que no tenga antecedentes penales.