La cultura popular es un factor inmaterial que nos pertenece, que nos deja conocer aquello que nos hace ciudadanos, que incide de manera directa en darnos la mejor de las herramientas para ser personas de un lugar y, al unísono, habitantes del mundo… Sí, lo cierto es que ese modo de conocer aquello que es parte integrante de nuestras raíces resulta lo más recomendable a fin de que todo tenga siempre y en todo momento un referente de otrora. De ahí que a nosotros nos da la sensación de que los refranes y dichos populares son, como hemos afirmado en el título que da entrada al presente artículo, retazos de cultura popular que inciden de forma directa en la memoria del humano, tanto la oral como la inmaterial. España es un país con una larga tradición por lo que respecta a la transmisión de los conocimientos de boca a boca, y es obvio que los refranes asimismo han participado de esa cuestión, sobre todo en aquellas zonas donde el analfabetismo era apabullante (y no hace tanto tiempo de eso). No obstante en ocasiones resulta conveniente tener por escrito todas y cada una esas sentencias, esos refranes, esos dichos populares, al objeto de que no se pierdan y las generaciones futuras puedan conocerlos. Tal forma de actuar implica que empleemos automóviles convenientes a tal fin, como el artículo, el libro o bien la página Web. En verdad y de este último caso tenemos abundantes ejemplos en Internet que marchan bastante bien y que dejan comprender que en la actualidad el futuro puede aliarse, sin inconveniente además de esto, con la tradición más auténtica. A fin de que veas de qué te hablamos, haz click en esta web www.refranesysusignificado.com y descubre entre los sitios que puedes preguntar para revisar cuántos refranes hay y cuál es su significado. Se trata de una página llamada exactamente www.refranesysusignificado.com, conque como ves te va a ser realmente útil para tenerlo todo bien claro en el momento de saber qué es lo que significa conforme qué cosa. Bastantes personas, sobre todo en décadas precedentes, comprendieron que lo de los refranes era algo carpetovetónico, y no hicieron caso a su conservación. Los Ochenta y una parte de los Noventa fueron un hachazo tremendo a la cultura popular tradicional, pues se comprendía que este país debía actualizar sus estructuras, y por consiguiente debía desprenderse del vestido negro de la incultura. No negaremos que era preciso un cambio, ya lo pensamos que sí, mas el ataque a la cultura popular fue superfluo. Está claro que los refranes no estuvieron en riesgo, mas sí que dio la sensación de que dormían el sueño de los justos, aguardando un despertar más conveniente. Y tal cuestión llegó con el siglo veinte y con las nuevas tecnologías, ayudados además de esto por el redescubrimiento de un género de humor del interior peninsular que estaba alén de los tópicos de siempre y en toda circunstancia sobre lo que es o bien no jocoso. Y exactamente ahí entró el refrán, aproximadamente como un elefante en una cacharrería. Y fue entonces cuando nos percatamos de que estas sentencias populares eran tan nuestras, tan completamente exquisitas y tan profundamente precisas que no podemos prescindir de ellas, por el hecho de que absolutamente nadie puede arrancarse el ánima y dejarla descuidada, ¿no crees?